Y llegó el día esperado por todos. Cómo corresponde a esta época del año el día amaneció soleado y caluroso; poco a poco Linares se fué vistiendo de ambiente atlético. Un cafetito para tomarle el pulso a la mañana y a calentar.
En primer lugar los mayores tomaron la plaza del pueblo para salir en tropel puntualmente a las 10h camino del espectacular bosque de la Honfría. La sombra de los árboles paliaba en parte el esfuerzo de la subida, los veteranos pensando en la refrescante fuente con su merendero y los príncipiantes sufriendo con el "interminable" ascenso. Después a bajar, ¡¡¡qué larga se hace la bajada!!!, una curva, otra, otra más para finalmente regresar a Linares entrando triunfante en la plaza del pueblo.
A las 11h toca el turno de los más nerviosos, comienzan las carreras infantiles. En sus caras la emoción, la intranquilidad, pero sobre todo la ilusión, - ¡ahora nos toca a nosotros!. Los padres rompiéndose las manos a aplaudir y los atletillas dándolo todo para alcanzar la línea de llegada,- ¡papá, mamá, he ganado una medalla!.
Tras el esfuerzo toca reponer fuerzas, una caña con pinchito y a la piscina para hacer hambre y disfrutar del estupendo menú del corredor.
¡¡¡HASTA EL AÑO QUE VIENE A TODOS!!!
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